El Atraco

12:29


¿Sabéis que hace poco me atracaron?

Dejad que os lo cuente mientras os bebéis  vuestras cervezas. Lo cierto es que es una historia fascinante…

Mi asaltante era un hombre alto, con un bigote fino bigote, que vestía un horrendo traje blanco con líneas de color verde claro verticales con un sombrero de ala corta y unos zapatos a juego.

El señor bigote fino me salió al paso en un callejón justo detrás del restaurante Nighthawks que suelo usar para acortar a la hora de acudir a mis citas nocturnas en el centro de la ciudad ya que me queda justo en frente a casa.

El tipo en cuestión me amenazo con una navaja pidiéndome con voz balbuceante, probablemente por el alcohol o las drogas, mi cartera y mi rolex de oro blanco.

Quien me conoce sabe que soy un tipo diplomático y persuasivo por lo que probé a dialogar con él para que no me hiciera daño a cambio de llevarse solo mi dinero permitiendo que me quedase con mí magnifica cartera y mi reloj que era un recuerdo de familia…

 Pero el maleante no atendió a razones e insistió en llevárselo todo de una forma cada vez más agresiva, por lo que me vi obligado a intentar forcejear con él para arrebatarle su navaja. Lo cual me valió un corte en la cara y otro en el brazo que me causó un gran disgusto ya que me rompió mi traje nuevo y sendas heridas que me asustaron lo suficiente para entregarle todo lo que me pedía…

Así se lo relate a la policía y así consta en el informe que ellos realizaron y que probablemente languidece en un archivo.

Aunque lo cierto es que en esta pequeña historia que acabo de contar tenía unas pequeñas mentiras en ella…

Tres para ser más exactos:        

La primera es que las líneas del traje del señor bigote fino no eran verdes sino de color purpura que sencillamente le quedaban a un peor que si hubiesen sido del color que le dije a la policía en mi sincera opinión.

La segunda es que es que su sombrero no era de ala corta sino de ala ancha.

Y la tercera mentira y quizás la más importante, consiste en que aquel hombre no era un asaltante sino un pobre diablo que se encontró conmigo en el peor momento y lugar posibles.

Oh no me miréis así. No soy un monstruo.

Lo cierto es que todo ocurrió en el callejón tras el Nighthawks como he contado, pero en realidad fue un par de horas antes de lo que declaré.

Sencillamente acudía a mi reunión semanal con mis hermanos del culto cuando recordé que en esa ocasión me tocaba a mí llevar un “invitado” a presenciar los prodigios que obramos en nuestro sótano secreto con ayuda de aquellos poderes que las simples mentes no iniciadas nunca  llegarías a entender, pero que suelen tener un precio…

Pero bueno me estoy yendo por las ramas.

La cuestión es que la providencia estuvo de mi lado en ese momento   y quiso que mientras entraba en el callejón viera aquel tipo fumando apoyado en la pared esperando a algo que ni sé y sinceramente, no me importa.

Como he dicho antes soy un tipo diplomático y persuasivo e intenté convencer a aquel tipo para que me acompañara a tomar algo, tal y como estamos haciendo ahora, pero aquel tipo se creía demasiado importante para congeniar conmigo así que me tuve que poner un poco violento y os puedo asegurar que en mi orden podemos cuando nos lo proponemos...

El tipo se defendió con una navaja pero mis poderes le superaron rápidamente dejándole inconsciente y ocultándolo en el contenedor de basura hasta que pude contactar con un hermano que trajo su coche que se llevó al señor bigote fino al culto mientras yo acudía a urgencias a que me curaran las heridas y ponía una denuncia falsa obligado por los médicos.

Quizás os preguntáis porque os cuento todo esto… Bueno, creo ver en vuestros ojos que hace como cinco minutos que ni me escucháis, pero igualmente creo que os merecéis una explicación.

Lo cierto es que hoy hay otra reunión y me toca llevar un invitado de nuevo, así que esta vez he decidido hacer las cosas bien y con tiempo invitándoos a una cerveza y explicándoos esta interesante historia  entreteneros mientras el polvo que os eché en la bebida, cuando fui a buscarlas, os hiciera efecto.

Y supongo que así ha sido ya que tenéis la cara de corderos idiotas que me describió el maestro cuando me los dio y que es la señal de que ahora haréis lo que quiera…


Así que si sois tan amables de acompañarme. Pronto empezará una noche de prodigios y vosotros tendréis el honor de ser el pago que los haga posible…

You Might Also Like

0 comentarios

Popular Posts